Cuatro meses de reporteo en el barrio Providencia, dan cuenta de lo que es realmente esta comuna durante las 24horas del día.
A continuación, un pequeño viaje por sus calles.
A continuación, un pequeño viaje por sus calles.
11:01 | |
Filed under:
|
De día, una calle tranquila y apacible, llena de gastronomía y de pocas personas. De noche, carrete y alcohol, música y diversión. Así la Av. Suecia se ha ido transformando con el paso del tiempo, en un lugar que por la ma ana es totalmente diferente a la noche.
Jueves por la tarde, el calor es insoportable. Las personas caminan en diversas direcciones, esquivando el sol. Las sombras de los árboles son el centro de encuentro y descanso para quienes transitan por estas calles.
Las botellas de agua y los helados son lo más vendido en estos días "porque el calor es demasiado grande, y que mejor que algo heladito pa´refrescar el cuerpo", comenta Luis, un vendedor de helados.
Son las cuatro de la tarde y, en las calles Av. Suecia y General Holley, los pub’s, que en la noche alumbran las calles con sus colores y fuerte música , como Santo secreto, Charleston Pub y La Ronería, entre otros, abren sus puertas para el público. Ofrecen esta vez, comida para entrar al local y refresco para pasar la tarde.
Al caminar por esta calle el viento, que a estas horas de la tarde se torna caliente, sacude los árboles, botando hojas, polvo y astillas que, si no te cubres nublan tu vista.
Paradójicamente, no hay mucha gente, la vía se ve desolada, todo está cerrado y se respira tranquilidad. Sólo los que se detienen a comer algo o maestros remodelando los locales, adornan el paisaje.
A medida que las horas avanzan, la tarde comienza a caer y el clima se torna agradable, comienzan a encenderse las luces de la calle y de los bares. Se cambian los carteles: pisco sour y otros tragos son la tentación para muchos. "A esta hora cambiamos las ofertas porque, como es viernes chico, la gente viene a tomarse unos tragos con los amigos y pasarla bien", ríe Constanza Muñoz, mesera del pub discoteque Santo secreto.
Las sillas y mesas se llenan de personas de todas las edades. Los más vendidos son las tablas de queso acompa ado de un pitcher, "siempre pedimos lo mismo, como estamos un par de horas, aprovechamos de comer algo y tomarnos un par de chelitas. Todo para pasarla bien", afirma Jaime Donoso, cliente habitual del pub discoteque Green Bull.
Cuando cae la noche, ya nada de lo que a las cuatro de la tarde vives en el mismo sitio, es igual. Variados grupos de personas se pasean por los rincones de esta movida avenida, buscando entre muchas, la mejor oferta.
La tranquilidad que en algún momento reinó, ya no está. El alcohol se hace presente y no es difícil ver caminando a mujeres solas, alzando la voz y bailando deshinibidamente donde se encuentren, sin el temor a ser asaltadas o incluso violentadas por personas que puedan aprovecharse de su situación. Sin embargo, después de una ola de delincuencia "a esta hora, carabineros y seguridad ciudadana recorren la avenida, ya que se quiere prevenir que se cometan los delitos y asaltos que eran típicos hace algún tiempo, además del tráfico de drogas como: fármacos, cocaína, marihuana y, además prostitución de menores", cuenta Agustín Uribina, policía Bicrim de Providencia.
Las risas, conversaciones, y gritos, son el sonido y ambiente característico de la calle a estas horas de la noche. En la intersección de las calles, Av. Providencia con Av. Suecia, un grupo de mujeres vestidas, con peque as faldas que a penas le tapan la ropa interior, grandes tacos y cortas poleras, se pasean de una esquina a la otra. Conversan con cuidadores de autos y taxistas. Luego de un rato, carabineros se acercan a ellas. Las mujeres se dan cuenta y antes de que les hablen, se van caminando rápido. Los tacos de sus zapatos, suenan en el cemento de la calle.
Son las tres de la ma ana y el carrete continúa. Un par de parejas caminan en dirección a los locales. Se nota que no están en sus cinco sentidos. Los hombres van cantando
canciones unos pasos más adelante que las mujeres, mientras que éstas ríen a carcajadas. un hombre, robusto, de piel oscura y pelo rizado los espera fuera de Red Bull, un pub discoteque para adulto joven.
Las parejas lo saludan y, éste les entrega un papel blanco y los hace pasar.
La gente ya esta acostumbrada a ver este tipo de situaciones, ya no se sorprende, "es muy común ver personas ebrias, que hacen show y esas cosas", cuenta la mesera de Santo secreto. "aunque haya harta seguridad igual se desbordan las cosas y, se puede ver desde ebrios hasta traficantes", agrega.
Si bien, todo acto que esté en contra de la ley, ha ido disminuido, "todavía existe micro-tráfico y prostitución, pero se está trabajando en eso. Los vinculados a estos hechos son siempre: due os de los mismos pub y doscoteques, garzones, meseras, cuidadores de vehículos, clientes y prostitutas", afirma el policía. "De hecho, los prostíbulos aún existen, sólo que van cambiando de deptos.", agrega.
Son las cuatro de la ma ana, la música comienza a descender y las personas a salir de los locales. Hace mucho frío. Las masas se dispersan en las diversas direcciones. Unos esperan micro, y otros se suben a sus autos. Así termina otra noche, desvanece como el humo del cigarro que fuma aquel cuidador de autos.
Jueves por la tarde, el calor es insoportable. Las personas caminan en diversas direcciones, esquivando el sol. Las sombras de los árboles son el centro de encuentro y descanso para quienes transitan por estas calles.
Las botellas de agua y los helados son lo más vendido en estos días "porque el calor es demasiado grande, y que mejor que algo heladito pa´refrescar el cuerpo", comenta Luis, un vendedor de helados.
Son las cuatro de la tarde y, en las calles Av. Suecia y General Holley, los pub’s, que en la noche alumbran las calles con sus colores y fuerte música , como Santo secreto, Charleston Pub y La Ronería, entre otros, abren sus puertas para el público. Ofrecen esta vez, comida para entrar al local y refresco para pasar la tarde.
Al caminar por esta calle el viento, que a estas horas de la tarde se torna caliente, sacude los árboles, botando hojas, polvo y astillas que, si no te cubres nublan tu vista.
Paradójicamente, no hay mucha gente, la vía se ve desolada, todo está cerrado y se respira tranquilidad. Sólo los que se detienen a comer algo o maestros remodelando los locales, adornan el paisaje.
A medida que las horas avanzan, la tarde comienza a caer y el clima se torna agradable, comienzan a encenderse las luces de la calle y de los bares. Se cambian los carteles: pisco sour y otros tragos son la tentación para muchos. "A esta hora cambiamos las ofertas porque, como es viernes chico, la gente viene a tomarse unos tragos con los amigos y pasarla bien", ríe Constanza Muñoz, mesera del pub discoteque Santo secreto.
Las sillas y mesas se llenan de personas de todas las edades. Los más vendidos son las tablas de queso acompa ado de un pitcher, "siempre pedimos lo mismo, como estamos un par de horas, aprovechamos de comer algo y tomarnos un par de chelitas. Todo para pasarla bien", afirma Jaime Donoso, cliente habitual del pub discoteque Green Bull.
Cuando cae la noche, ya nada de lo que a las cuatro de la tarde vives en el mismo sitio, es igual. Variados grupos de personas se pasean por los rincones de esta movida avenida, buscando entre muchas, la mejor oferta.
La tranquilidad que en algún momento reinó, ya no está. El alcohol se hace presente y no es difícil ver caminando a mujeres solas, alzando la voz y bailando deshinibidamente donde se encuentren, sin el temor a ser asaltadas o incluso violentadas por personas que puedan aprovecharse de su situación. Sin embargo, después de una ola de delincuencia "a esta hora, carabineros y seguridad ciudadana recorren la avenida, ya que se quiere prevenir que se cometan los delitos y asaltos que eran típicos hace algún tiempo, además del tráfico de drogas como: fármacos, cocaína, marihuana y, además prostitución de menores", cuenta Agustín Uribina, policía Bicrim de Providencia.
Las risas, conversaciones, y gritos, son el sonido y ambiente característico de la calle a estas horas de la noche. En la intersección de las calles, Av. Providencia con Av. Suecia, un grupo de mujeres vestidas, con peque as faldas que a penas le tapan la ropa interior, grandes tacos y cortas poleras, se pasean de una esquina a la otra. Conversan con cuidadores de autos y taxistas. Luego de un rato, carabineros se acercan a ellas. Las mujeres se dan cuenta y antes de que les hablen, se van caminando rápido. Los tacos de sus zapatos, suenan en el cemento de la calle.
Son las tres de la ma ana y el carrete continúa. Un par de parejas caminan en dirección a los locales. Se nota que no están en sus cinco sentidos. Los hombres van cantando
canciones unos pasos más adelante que las mujeres, mientras que éstas ríen a carcajadas. un hombre, robusto, de piel oscura y pelo rizado los espera fuera de Red Bull, un pub discoteque para adulto joven.
Las parejas lo saludan y, éste les entrega un papel blanco y los hace pasar.
La gente ya esta acostumbrada a ver este tipo de situaciones, ya no se sorprende, "es muy común ver personas ebrias, que hacen show y esas cosas", cuenta la mesera de Santo secreto. "aunque haya harta seguridad igual se desbordan las cosas y, se puede ver desde ebrios hasta traficantes", agrega.
Si bien, todo acto que esté en contra de la ley, ha ido disminuido, "todavía existe micro-tráfico y prostitución, pero se está trabajando en eso. Los vinculados a estos hechos son siempre: due os de los mismos pub y doscoteques, garzones, meseras, cuidadores de vehículos, clientes y prostitutas", afirma el policía. "De hecho, los prostíbulos aún existen, sólo que van cambiando de deptos.", agrega.
Son las cuatro de la ma ana, la música comienza a descender y las personas a salir de los locales. Hace mucho frío. Las masas se dispersan en las diversas direcciones. Unos esperan micro, y otros se suben a sus autos. Así termina otra noche, desvanece como el humo del cigarro que fuma aquel cuidador de autos.